Nací en Stuttgart en julio de 1962, hija única de mis padres. Pasé mi infancia protegida junto a mis padres y abuelos en Stuttgart, y más tarde en Crailsheim.
Allí pasé mi época escolar y fue el amor lo que finalmente me atrajo a Satteldorf, donde sigo arraigada hoy en día.
Experiencia laboral:
Desde 2008 soy artista independiente.
Gestión y organización de seminarios internacionales de arte y cursos de pintura.
Formación académica:
1981: Abitur con especialización en Bellas Artes.
Desde 1995, ha estudiado en la Academia de Artes de Schwäbisch Hall (dibujo y pintura de desnudo, historia del arte, grabado, xilografía, pintura acrílica y técnica mixta), y ha realizado numerosos cursos con artistas y academias de renombre.
Miembro Honorario de la National Watercolor Society (EE. UU.).
Miembro de la IMWA.
Miembro de Women in Watercolor.
Sus objetos –personas, flores y objetos urbanos– están representados con amor y alegría, pero nunca de forma romántica o socialmente crítica. Se trata de lo real, no del realismo. El color se desprende del objeto, la forma cambia y, como resultado, la expresión permanece.
La artista ve su tarea en representar lo que se desarrolla en el diálogo del momento y el objeto a representar: la belleza de la atmósfera y del momento.
La propia artista sobre sus obras:
'¿Cómo han conseguido las flores entrar en mi foco de atención y en mi obra?'. En realidad, esta pregunta es bastante fácil de responder. Siempre han estado ahí, porque las flores son la sonrisa de la creación y, por tanto, omnipresentes. Mostrar estas sonrisas y la belleza del momento son una alegría desenfrenada en mi vida.
¿Por qué mis cuadros tienen el aspecto que tienen?
Tiene mucho que ver conmigo como persona y también con mi cultura y educación. Me críe con mucha libertad, con espacio para la independencia. La tolerancia, la libertad, el amor y la búsqueda de la felicidad son elementos importantes en mi vida y también en mi obra.
Mi temperamento y mi yo interior impregnan o explotan en los cuadros. El interior dirigido hacia el exterior forma parte del estilo artístico alemán, el hogar del expresionismo, con el que me siento muy conectada.
La acuarela, como el expresionismo, es mi patria artística. Es una herramienta por un lado y una pasión por el otro.
En concreto, no me interesa la realidad botánica, sino la impresión que deja una flor en mí. Esta impresión actúa en mí y surge mi expresión, mi pintura.
La acuarela como técnica ofrece la mayor variedad de expresiones. Una acuarela moderna y expresiva necesita de todo. Necesita lo concreto y lo difuso, lo fuerte y lo tranquilo, lo dominante y lo modesto, lo luminoso y lo oscuro, algo de todo, como el ying y el yang. En el equilibrio está el secreto.